“GANADORA DEL 1º CONCURSO LITERARIO BUBOK Y LA FACTORÍA DE IDEAS”

Este no es el relato de un romance. Es un viaje, una aventura de treinta y tres años, seducidos por la vida de dos personas cuyos caminos parecen estar trazados para cruzarse en diferentes momentos. Es una novela de amores y desencantos, de reencuentros y recuerdos, de proyectos e ilusiones, de aciertos y fracasos, de destinos. Un trazado de largo recorrido que conforma un universo tan insólito como la propia realidad.

Mi infierno eres tú

“Tal vez todos estemos condenados a arder en un infierno…

—La miré fijamente antes de marcharme—

… y yo sea el tuyo.”

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Páginas: 572 - ISBN papel: 978-84-9018-752-4 - ISBN digital: 978-84-9018-753-1 - Depósito Legal: M-8166-2015

MI INFIERNO ERES TÚ en:


Este fragmento pertenece a la novela Mi infierno eres tú. Dos desconocidos, ambos escritores, que pasaron de amigos en Twitter a escribir esta novela de “amores y desencantos, retrato de la burguesía catalana y madrileña de los últimos treinta años, a cuatro manos, a punta de emails y a 500 kilómetros de distancia”.
Carlos García Santa Cecilia


                                                                                              
                                                                           



DOS JUVENTUDES QUE GERMINAN EN LA TRANSICIÓN

M. del C. Siempre me ha intrigado por qué decidiste que Tony, tu personaje principal, fuera catalán. Era obvio que Marina sería madrileña, pero yo me esperaba que él fuese vasco.
O. da C. Por una parte quise asumir el reto de meterme en el papel de un personaje distante y diferente a las costumbres y a la cultura social que, durante la que época en la que transcurre su infancia y adolescencia, había en el País Vasco. Y por otra, también hice un poco de trampa, algunos de esos años (los más cercanos al momento en que comienza la acción de la novela) los pasé en Barcelona, la ciudad, sus gentes, su ambiente... no me eran ajenos, tenía muchos amigos por allí y no me resultó complicado usurpar algunos rasgos de la personalidad de cada uno.
M. del C. En realidad nos ayudó sin ser conscientes. La niñez y juventud de ambos es “preconstitucional” y eso nos permitió hacer un esbozo comparativo de la educación y el concepto de las libertades, siempre fue distinto entre un Madrid austero y una Barcelona de costumbres más progresistas, quizás por su proximidad con Francia.
O. da C. Bueno, esa etapa a la que te refieres yo tuve la suerte de vivirla en Irún. Traspasar a Francia era lo habitual y allí sí se respiraba un ambiente de libertad, muy diferenciado al de Madrid. Aunque en el País Vasco fueron tiempos duros, la frontera era nuestra vía de escape. Hasta captábamos la señal de las televisiones francesas con sus diferentes interpretaciones sobre la realidad de nuestro país.

M. del C. ¡Imagínate la diferencia! Marina educada en un colegio de monjas, y Tony en el Liceo Francés. Sin embargo, el ansia de libertad ya había prendido en ella. Recordando aquellos tiempos, creo que fue una rompedora.
O. da C. En efecto lo fue; pero mira la paradoja, el personaje de Tony, pese a haberse educado en un ambiente más liberal, está mucho más lleno de contradicciones.
M. del C. Bueno, también influye su personalidad y sus dudas sobre lo que quiere ser en la vida. Marina tiene un carácter más afirmado y un cierto proyecto de vida. El teatro es su descubrimiento, su válvula de escape. Por cierto, a veces pienso que en esta novela hay dos novelas. Por curiosidad, un día de estos voy a intentar hacer un montaje de los fragmentos de Marina.
O. da C. Por supuesto que para Tony, la entrada en una nueva era convirtió su propia forma de vivir en su válvula de escape, de ahí sus incertidumbres. Claro que hay dos novelas, son dos experiencias vitales muy distintas, por eso sucede lo que por otra parte es inevitable. Es difícil compaginar dos maneras tan diferentes de entender la nueva libertad que se empezaba a respirar.
M. del C. Pero fue también muy emocionante para esa generación que vivió el cambio cuando todavía apenas salía de la adolescencia.
O. da C. Veo que has vertido en la personalidad de Marina muchas de tus propias sensaciones vividas en aquellos tiempos. ¿Cuanto hay de ella en ti?
M. del C. Algo hay, pero no mucho. Yo viví la Transición con 33 años, casada y trabajando en el Ministerio. Ya me hubiese gustado que hubiese coincidido con mis andanzas de universitaria…
O. da C. Yo sí la viví como estudiante y por eso me resultó más fácil asumir el papel de Tony en la novela. Pero… no todo sucede en 1980, hay más épocas que tendremos que abordar, Los tiempos fueron cambiando y nuestros personajes se fueron adaptando a las novedades de una sociedad con ganas de igualarse a la europea. Ahí radican los contrastes de la propia novela y su riqueza argumental.

UNA EXPERIENCIA A CUATRO MANOS

O. da C. Nunca me lo había planteado, ni siquiera tras aquella Fantasía otoñal a cuatro manos que escribimos. Abordar un proyecto tan amplio como una novela, sin conocernos personalmente, con la distancia que nos separa y sin un esquema prefijado por adelantado… ¿No te parece, ahora, que la improvisación con la que comenzamos fue precisamente la que ha conseguido que “Mi infierno eres tú” esté tan impregnada de la vida real?
M. del C. Y yo menos. No sé por qué tu propuesta de Fantasía otoñal a cuatro manos me sedujo. Eran unas pocas líneas cada vez y aquello me pareció llevadero, además de divertido. "Dios sabe qué saldrá con esto de ponerme a escribir con un señor desconocido" —me dije—. Y luego...llegó la novela. Ahora, con la experiencia recorrida, me doy cuenta de que lo escrito guarda una frescura difícil de conseguir por uno mismo. Hay en este modo de escribir un algo de acicate, de provocación, que resulta bastante inspirador.
O. da C. Pero, al menos por mi parte, tuve que superar ese miedo inicial, la propuesta era provocativa, sí, pero desconociendo las sensibilidades de la otra parte resultaba arriesgada. Por eso centré mis primeras páginas en la descripción de la situación del personaje que me tocaba asumir. Aún desconocía cuales serían tus reacciones.
M. del C. La verdad es que ambos le echamos mucho valor. Mira que meterse a escribir una novela con la decisión de que tendría dos protagonistas, y a su vez narradores, que se iban a encontrar tres veces en la vida. ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué? Y también ¿cómo sonarían las dos voces cuando llegase el momento del montaje de aquellos fragmentos?
O. da C. Sobre todo teniendo en cuenta nuestras diferentes trayectorias personales y profesionales. Dos caracteres distintos, los nuestros, embarcados en unir a dos personajes y llevarlos durante tanto tiempo de la mano. En un primer momento no lo creí posible, pero mira...
M. del C. Tanto tiempo, sí... 33 años de la vida de los protagonistas y prácticamente 2 años de las nuestras... Y además había que lidiar con ambas obligaciones: tus negocios, mi viajes, las vacaciones, las gripes... ¡Yo qué se...! Hubo lugar para todo.
Tampoco había que desdeñar lo que pensarían nuestras respectivas parejas. Como unos santos se han comportado, pero eso no lo sabíamos al principio. Por cierto, ¿en algún momento se te pasó por la cabeza la idea de abandonar esta aventura?
O. da C. No, en absoluto, he de reconocer que disfruté desde las primeras teclas que empezamos a plasmar sobre los famosos emails que todas las noches nos cruzábamos. Pero siempre terminaba la sesión preguntándome ¿Cómo me aguanta esta señora? Reconozco que la mayor parte del mérito es tuyo, mi carácter no es fácil de soportar durante dos años de proyecto en común.
M. del C. Creo que exageras. Yo también pensaba que una vez superada la sensación de novedad te aburrirías y me dejarías plantada.
O. da C. Eso jamás, uno es un caballero aunque no lo parezca. Además, el proceso tuvo en todo momento dos partes. La narrativa en la que iba tomando forma la novela y que fue la que nos enganchó, y los propios emails en los que comentábamos las mil peripecias y sorpresas que nos infligíamos.
M. del C. Y es que fueron muchos correos los que intercambiamos. Recuerdo haber escrito algunos desde Japón, París, Florencia, Colombia... Suerte que los personajes no tardaron en adquirir vida propia y eso me facilitaba volver a entrar en situación. ¿Y qué me dices de cuando te dio la manía de dejarme mensajes crípticos en Twitter o en Google+ y me tenía que pasear por todas las redes para ver si encontraba alguna pista inesperada...?
O. da C. Han sido dos años inolvidables, lo reconozco. Sólo el propio método que utilizamos para escribir, replicar y comentar daría para otra novela. Hubo momentos originales, y la diversión fue aumentando ¿Por qué no probar nuevos canales? Pero en todo momento tuviste la suficiente paciencia como para aguantar mis fantasías. 
M. del C. Nunca me sentí obligada a nada y tus fantasías le sentaban muy bien a la personalidad de Tony.
O. da C. Al final no sé con quién hablabas, si con él o conmigo. Su propia personalidad me superó, también era atractivo volver a tener 20 años.
M. del C. Pues seguramente hablé con Tony y contigo, pero procuré no mezclaros en mi imaginación. Ahora que ya hemos pasado por tan singular experiencia, creo que ha sido fundamental que fuéramos tan distintos y que no nos conociéramos. Eso impedía imaginar cuál sería la reacción del personaje manejado por el otro ante cualquier quiebro que la trama tomase.
O. da C. Indudablemente, nuestro mutuo desconocimiento le ha otorgado la espontaneidad y realismo que tiene la novela. No hubiera sido igual escribirla con cualquiera de nuestras respectivas parejas en la vida real.
M. del C. Eso mismo pienso yo. Ya no somos unos niños y todas las reacciones hubieran sido perfectamente previsibles. En todo caso, este experimento a mí me ha aportado mucho y hasta creo que me va a costar trabajo volver a escribir sola. Eso sí, hemos tenido la suerte de llevarnos bien desde el principio y mantener el buen humor en todo momento.
O. da C. Es cierto, ahora que me vas conociendo, ¡Qué poco hemos discutido! Me resulta increíble. Parece que los dos tuviésemos el proyecto claramente definido en nuestras cabezas. Ambos hemos crecido con esta aventura. Y mira que somos diferentes.
M. del C. Ahora que la aventura ha llegado a su fin, creo que la clave del éxito ha sido la sinceridad y el respeto mutuo que ambos hemos mantenido siempre. Esa sería mi recomendación a quienes se animasen a abordar un proyecto literario de esta naturaleza.
O. da C. Milagros, esto no ha hecho más que empezar. ¿O te pensabas que te ibas a librar tan rápido de mí? El respeto y la sinceridad son fundamentales en toda relación, literaria o no. ¿No les faltó algo de eso a nuestros personajes?
M. del C. Claro que sí, pero a nosotros como autores nos vino bien. Y es que ellos eran tan jóvenes... Incluso cuando vuelven a verse por segunda vez, ya en la flor de la vida, seguían sujetos a esos absurdos errores que sólo la experiencia que acumulas con los años te hace comprender que son estupideces. Algo aprendieron Tony y Marina cuando maduraron.
O. da. C. ¿Alguna vez has tenido la sensación de verte reflejada en un espejo al verlos comportarse? No me refiero a situaciones concretas, sino a reacciones. Yo, la verdad es que sí.
M. del C. Para qué negarlo, yo también. Hay orgullo, mentira, perdón, codicia, y muchas sensaciones más que alguna vez se plantean en la vida de todos. Aunque reconozcamos que no siempre con igual virulencia.
O. da C. Y embrujo, Milagros. Hubo mucho duende entre ellos, como lo hay entre dos almas que se encuentran y son incapaces de olvidarse. No hemos hecho más que trasladar al papel escenarios y situaciones que suceden a diario.
M. del C. Ja, ja, ja. Claro que sí. Esa parte la dejaba a tu cargo, que eres el romántico de este insólito equipo que formamos nosotros dos cuando nos ponemos a darle a la tecla.
O. da C. Meterse en la camisa de Tony y con una joven como Marina enfrente convierte en romántico a cualquiera. No todo ha sido interpretación.
M. del C. Oye…, por cierto, ¿qué estarán pensando de nosotros los lectores al leer todo esto?
O. da C. Que somos unos egocéntricos, seguro que están deseando empezar a conocer la vida de los dos protagonistas, de todos los demás personajes y los insólitos acontecimientos de más de 30 años.
M. del C. Tienes razón, es hora de que hagamos mutis por el foro y dejemos el escenario a las verdaderos estrellas de “Mi infierno eres tú”. Esos sí que tienen mucho que contar...
O. da C. Una vez más terminamos sin discutir. ¡Que comience la función!

Milagros del Corral y Oscar da Cunha