“GANADORA DEL 1º CONCURSO LITERARIO BUBOK Y LA FACTORÍA DE IDEAS”
Este no es el relato de un romance. Es un viaje, una aventura de treinta y tres años, seducidos por la vida de dos personas cuyos caminos parecen estar trazados para cruzarse en diferentes momentos. Es una novela de amores y desencantos, de reencuentros y recuerdos, de proyectos e ilusiones, de aciertos y fracasos, de destinos. Un trazado de largo recorrido que conforma un universo tan insólito como la propia realidad.
MI INFIERNO ERES TÚ en:
Este
fragmento pertenece a la novela Mi infierno eres tú. Dos
desconocidos, ambos escritores, que pasaron de amigos en Twitter a escribir
esta novela de “amores y desencantos, retrato de la burguesía catalana y
madrileña de los últimos treinta años, a cuatro manos, a punta de emails y a
500 kilómetros de distancia”.
DOS JUVENTUDES QUE GERMINAN EN LA TRANSICIÓN
M. del C. Siempre me ha intrigado por qué decidiste que Tony,
tu personaje principal, fuera catalán. Era obvio que Marina sería madrileña,
pero yo me esperaba que él fuese vasco.
O. da C. Por una parte quise asumir el reto de meterme en el
papel de un personaje distante y diferente a las costumbres y a la cultura
social que, durante la que época en la que transcurre su infancia y
adolescencia, había en el País Vasco. Y por otra, también hice un poco de
trampa, algunos de esos años (los más cercanos al momento en que comienza la acción de la novela) los pasé en Barcelona, la ciudad, sus gentes, su
ambiente... no me eran ajenos, tenía muchos amigos por allí y no me resultó complicado usurpar algunos rasgos de la personalidad de cada uno.
M. del C. En realidad nos ayudó sin ser conscientes. La niñez y
juventud de ambos es “preconstitucional” y eso nos permitió hacer un esbozo
comparativo de la educación y el concepto de las libertades, siempre fue
distinto entre un Madrid austero y una Barcelona de costumbres más
progresistas, quizás por su proximidad con Francia.
O. da C. Bueno, esa etapa a la que te refieres yo tuve la suerte
de vivirla en Irún. Traspasar a Francia era lo habitual y allí sí se respiraba
un ambiente de libertad, muy diferenciado al de Madrid. Aunque en el País Vasco
fueron tiempos duros, la frontera era nuestra vía de escape. Hasta captábamos
la señal de las televisiones francesas con sus diferentes interpretaciones
sobre la realidad de nuestro país.
M. del C. ¡Imagínate la diferencia! Marina educada en un
colegio de monjas, y Tony en el Liceo Francés. Sin embargo, el ansia de
libertad ya había prendido en ella. Recordando aquellos tiempos, creo que fue
una rompedora.
O. da C. En efecto lo fue; pero mira la paradoja, el personaje
de Tony, pese a haberse educado en un ambiente más liberal, está mucho más
lleno de contradicciones.
M. del C. Bueno, también influye su personalidad y sus dudas
sobre lo que quiere ser en la vida. Marina tiene un carácter más afirmado y un
cierto proyecto de vida. El teatro es su descubrimiento, su válvula de escape.
Por cierto, a veces pienso que en esta novela hay dos novelas. Por curiosidad,
un día de estos voy a intentar hacer un montaje de los fragmentos de Marina.
O. da C. Por supuesto que para Tony, la entrada en una nueva
era convirtió su propia forma de vivir en su válvula de escape, de ahí sus
incertidumbres. Claro que hay dos novelas, son dos experiencias vitales muy
distintas, por eso sucede lo que por otra parte es inevitable. Es difícil
compaginar dos maneras tan diferentes de entender la nueva libertad que se
empezaba a respirar.
M. del C. Pero fue también muy emocionante para esa generación
que vivió el cambio cuando todavía apenas salía de la adolescencia.
O. da C. Veo que has vertido en la personalidad de Marina
muchas de tus propias sensaciones vividas en aquellos tiempos. ¿Cuanto hay de
ella en ti?
M. del C. Algo hay, pero no mucho. Yo viví la Transición con 33
años, casada y trabajando en el Ministerio. Ya me hubiese gustado que hubiese
coincidido con mis andanzas de universitaria…
O. da C. Yo sí la viví como estudiante y por eso me resultó
más fácil asumir el papel de Tony en la novela. Pero… no todo sucede en 1980,
hay más épocas que tendremos que abordar, Los tiempos fueron cambiando y
nuestros personajes se fueron adaptando a las novedades de una sociedad con
ganas de igualarse a la europea. Ahí radican los contrastes de la propia novela
y su riqueza argumental.
UNA EXPERIENCIA A CUATRO MANOS
O. da C. Nunca
me lo había planteado, ni siquiera tras aquella Fantasía otoñal a cuatro manos
que escribimos. Abordar un proyecto tan amplio como una novela, sin conocernos
personalmente, con la distancia que nos separa y sin un esquema prefijado por
adelantado… ¿No te parece, ahora, que la improvisación con la que comenzamos
fue precisamente la que ha conseguido que “Mi
infierno eres tú” esté tan impregnada de la vida real?
M. del C. Y
yo menos. No sé
por qué tu propuesta de Fantasía otoñal a cuatro manos me sedujo.
Eran unas pocas líneas cada vez y aquello me pareció llevadero, además de
divertido. "Dios sabe qué saldrá con esto de ponerme a escribir con un
señor desconocido" —me dije—. Y luego...llegó la novela. Ahora, con la experiencia
recorrida, me doy cuenta de que lo escrito guarda una frescura difícil de
conseguir por uno mismo. Hay en este modo de escribir un algo de acicate, de provocación, que resulta
bastante inspirador.
O. da C. Pero,
al menos por mi parte, tuve que superar ese miedo inicial, la propuesta era
provocativa, sí, pero desconociendo las sensibilidades de la otra parte
resultaba arriesgada. Por eso centré mis primeras páginas en la descripción de
la situación del personaje que me tocaba asumir. Aún desconocía cuales serían
tus reacciones.
M. del C. La
verdad es que ambos le echamos mucho valor. Mira que meterse a escribir una
novela con la decisión de que tendría dos protagonistas, y a su vez narradores,
que se iban a encontrar tres veces en la vida. ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Por qué? Y
también ¿cómo sonarían las dos voces cuando llegase el momento del montaje de
aquellos fragmentos?
O. da C. Sobre
todo teniendo en cuenta nuestras diferentes trayectorias personales y profesionales.
Dos caracteres distintos, los nuestros, embarcados en unir a dos personajes y
llevarlos durante tanto tiempo de la mano. En un primer momento no lo creí
posible, pero mira...
M. del C.
Tanto tiempo, sí... 33 años de la vida de los protagonistas y prácticamente 2
años de las nuestras... Y además había que lidiar con ambas obligaciones: tus
negocios, mi viajes, las vacaciones, las gripes... ¡Yo qué se...! Hubo lugar
para todo.
Tampoco
había que desdeñar lo que pensarían nuestras respectivas parejas. Como unos
santos se han comportado, pero eso no lo sabíamos al principio. Por cierto, ¿en
algún momento se te pasó por la cabeza la idea de abandonar esta aventura?
O. da C. No,
en absoluto, he de reconocer que disfruté desde las primeras teclas que empezamos
a plasmar sobre los famosos emails que
todas las noches nos cruzábamos. Pero siempre terminaba la sesión
preguntándome ¿Cómo me aguanta esta señora? Reconozco que la mayor parte del
mérito es tuyo, mi carácter no es fácil de soportar durante dos años de
proyecto en común.
M. del C. Creo
que exageras. Yo también pensaba que una vez superada la sensación de novedad
te aburrirías y me dejarías plantada.
O. da C. Eso
jamás, uno es un caballero aunque no lo parezca. Además, el proceso tuvo en
todo momento dos partes. La narrativa en la que iba tomando forma la novela y
que fue la que nos enganchó, y los propios emails en los que comentábamos las
mil peripecias y sorpresas que nos infligíamos.
M. del C. Y
es que fueron muchos correos los que intercambiamos. Recuerdo haber escrito
algunos desde Japón, París, Florencia, Colombia... Suerte que los personajes no tardaron
en adquirir vida propia y eso me facilitaba volver a entrar en situación. ¿Y
qué me dices de cuando te dio la manía de dejarme mensajes crípticos en Twitter
o en Google+ y me tenía que pasear por todas las redes para ver si encontraba
alguna pista inesperada...?
O. da C. Han sido dos años inolvidables, lo reconozco. Sólo el
propio método que utilizamos para escribir, replicar y comentar daría para otra
novela. Hubo momentos originales, y la diversión fue aumentando ¿Por qué no
probar nuevos canales? Pero en todo momento tuviste la suficiente paciencia
como para aguantar mis fantasías.
M. del C.
Nunca me sentí obligada a nada y tus fantasías le sentaban muy bien a la
personalidad de Tony.
O. da C. Al
final no sé con quién hablabas, si con él o conmigo. Su propia personalidad me
superó, también era atractivo volver a tener 20 años.
M. del C.
Pues seguramente hablé con Tony y contigo, pero procuré no mezclaros en mi
imaginación. Ahora que ya hemos pasado por tan singular experiencia, creo que
ha sido fundamental que fuéramos tan distintos y que no nos conociéramos. Eso
impedía imaginar cuál sería la reacción del personaje manejado por el otro ante
cualquier quiebro que la trama tomase.
O. da C. Indudablemente,
nuestro mutuo desconocimiento le ha otorgado la espontaneidad y realismo que
tiene la novela. No hubiera sido igual escribirla con cualquiera de nuestras
respectivas parejas en la vida real.
M. del C. Eso
mismo pienso yo. Ya no somos unos niños y todas las reacciones hubieran sido
perfectamente previsibles. En todo caso, este experimento a mí me ha aportado
mucho y hasta creo que me va a costar trabajo volver a escribir sola. Eso sí,
hemos tenido la suerte de llevarnos bien desde el principio y mantener el buen
humor en todo momento.
O. da C. Es
cierto, ahora que me vas conociendo, ¡Qué poco hemos discutido! Me resulta
increíble. Parece que los dos tuviésemos el proyecto claramente definido en nuestras
cabezas. Ambos hemos crecido con esta aventura. Y mira que somos diferentes.
M. del C. Ahora
que la aventura ha llegado a su fin, creo que la clave del éxito ha sido la
sinceridad y el respeto mutuo que ambos hemos mantenido siempre. Esa sería mi recomendación
a quienes se animasen a abordar un proyecto literario de esta naturaleza.
O. da C. Milagros,
esto no ha hecho más que empezar. ¿O te pensabas que te ibas a librar tan
rápido de mí? El respeto y la sinceridad son fundamentales en toda relación,
literaria o no. ¿No les faltó algo de eso a nuestros personajes?
M. del C. Claro
que sí, pero a nosotros como autores nos vino bien. Y es que ellos eran tan
jóvenes... Incluso cuando vuelven a verse por segunda vez, ya en la flor de la
vida, seguían sujetos a esos absurdos errores que sólo la experiencia que
acumulas con los años te hace comprender que son estupideces. Algo aprendieron
Tony y Marina cuando maduraron.
O. da. C. ¿Alguna
vez has tenido la sensación de verte reflejada en un espejo al verlos comportarse?
No me refiero a situaciones concretas, sino a reacciones. Yo, la verdad es que
sí.
M. del C. Para
qué negarlo, yo también. Hay orgullo, mentira, perdón, codicia, y muchas sensaciones
más que alguna vez se plantean en la vida de todos. Aunque reconozcamos que no
siempre con igual virulencia.
O. da C. Y
embrujo, Milagros. Hubo mucho duende entre ellos, como lo hay entre dos almas
que se encuentran y son incapaces de olvidarse. No hemos hecho más que
trasladar al papel escenarios y situaciones que suceden a diario.
M. del C. Ja,
ja, ja. Claro que sí. Esa parte la dejaba a tu cargo, que eres el romántico de
este insólito equipo que formamos nosotros dos cuando nos ponemos a darle a la
tecla.
O. da C. Meterse
en la camisa de Tony y con una joven como Marina enfrente convierte en
romántico a cualquiera. No todo ha sido interpretación.
M. del C. Oye…,
por cierto, ¿qué estarán pensando de nosotros los lectores al leer todo esto?
O. da C. Que somos unos egocéntricos, seguro que están deseando
empezar a conocer la vida de los dos protagonistas, de todos los demás personajes
y los insólitos acontecimientos de más de 30 años.
M. del C. Tienes
razón, es hora de que hagamos mutis por el foro y dejemos el escenario a las
verdaderos estrellas de “Mi infierno eres tú”. Esos sí que
tienen mucho que contar...
O. da C. Una
vez más terminamos sin discutir. ¡Que comience la función!
Milagros
del Corral y Oscar da Cunha
TODO TIENE UN INICIO
En breve
estaremos con vosotros, haciendo las presentaciones, para comenzar este apasionante viaje.
Desde las calles del barrio más bohemio
del París de 1980 hasta la época actual. Con parada en los
más singulares rincones de ciudades como Madrid, Barcelona…
Desde los pinceles de un taller de
pintura y el escenario de un teatro.
Una acción cargada de emociones.
Una acción cargada de emociones.
Amores, arte, intrigas, corrupción…
Y mucho más…
Milagros del Corral y Oscar da Cunha
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